martes, 19 de noviembre de 2013

Fobias



Abrió los ojos. Le costó un momento asimilar lo que veía, el techo de su habitación, al igual que las paredes, estaba negro y se movía, como si se tratara de un gran organismo vivo. Sobre las mantas que le cubrían caían algunas de aquellas cosas negras que reptaban, peludas, amorfas, viscosas…

Ok no, en realidad eran arañas. Y, en realidad, solo había una, pequeñita, en una esquina… apenas se veía. Pero es lo que tiene la aracnofobia, como todas las fobias distorsiona la realidad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario