martes, 3 de julio de 2012

El error de la ciencia


Los conocí bajo extrañas circunstancias, no lo recuerdo bien, pero eran un grupo extraño. Hiro era el líder, por llamarlo de alguna manera, era un chico de unos 19 años, con melena negra que le caía sobre los hombros, era muy apuesto; alto, delgado y se movía con la elegancia de un cisne. Junto a él siempre andaba una chica, Nya, algo más joven, de grandes ojos felinos y largo pelo morado, algo en su forma de moverse la hacía parecer un gato. En su cuello, oculto en su melena, siempre estaba Neko, un gato con pelaje de similar color al pelo de la chica. También los acompañaba Jack, un chico rubio de hermosos ojos verdes. Y luego estaba yo, no hacía mucho que los conocía y a veces parecía fuera de lugar, pero ellos me trataban cálidamente, me hacían sentir que formaba parte del grupo.
Nya y Neko tenían una función en el circo de la ciudad. Hiro era su representante. Jack y yo habíamos ido a verles aquel día, nos sentamos con Hiro entre el público y vimos a Nya y a Neko saltando de un lado a otro de la pista, haciendo trucos, malabares y piruetas. Cuando salimos nos reunimos todos, Nya y Hiro parecían muy serios, miraron a Jack y el asintió.
— ¿Qué os pasa? — estaba preocupada
— La hora se acerca, debemos enseñarte un lugar
— ¿La hora? ¿De qué?
— No podemos hablar aquí
Fuimos hasta el aparcamiento y montamos en el coche de Hiro, un todoterreno negro de aspecto imponente. Nos llevó fuera de la ciudad y se internó en el bosque cercano. Campo a través llegamos hasta un claro del bosque con un gran árbol en el centro que, aparentemente, era igual a los demás, salvo por el tamaño. Sin embargo cando llegamos al pie pude apreciar un extraño brillo metálico entre la madera. Hiro se acercó más y palpó la corteza hasta dar con un pequeño agujero, sacó de su bolsillo una pequeña llave y la introdujo. Entonces la madera se apartó, dejando a la vista la entrada a una pequeña cabina. Entramos y la madera regreso a su posición dejándonos totalmente a oscuras por unos momentos, la cabina comenzó a descender. De pronto se detuvo y se abrió una puerta dando paso a una sala circular, de aspecto metálico, había repartidos sillones y un televisor, estaba bien iluminada y en la pared se abrían puertas, muchas puertas, cuyos destinos eran aun desconocidos para mí. Una de esas puertas estaba entreabierta, y dejaba ver al otro lado una agradable cocina.
Nos sentamos en los sillones.
—Impresionante— fue lo único que se me ocurrió
—Podría decirse que es nuestra guarida secreta. Si todo hubiera ido bien no tendrías por que conocer esto, o al menos no en estas circunstancias, pero se les ha ido de las manos, no han sabido cuando parar y la investigación ha ido demasiado lejos.
— ¿Investigación sobre qué? —no entendía que querían decir con aquello
—Zombies— me quedé helada—estaban investigando, querían hacer más resistentes a los soldados, hicieron pruebas con humanos… ya ahora… se ha descontrolado, los sujetos de prueba se han convertido en monstruos, solo es cuestión de tiempo que escapen.
Nos levantamos y me llevaron hasta una de las puertas, en su interior había una habitación, no era muy grande, pero era acogedora.
—hay mas como esta, pero no para todo el mundo— la rabia se encendió en el fondo de los ojos de Hiro y esa rabia escondía en el fondo impotencia.
—¿Por qué no habéis avisado antes a la gente? Podrían haberse puesto a salvo.
— ¿Qué crees que pasaría si fuéramos por ahí diciendo que se acerca un apocalipsis zombie?— pensé por un momento, pero no me dio tiempo a contestar—la mayoría no nos creerían, y los que lo hicieran entrarían en pánico. Además, teóricamente es un secreto del gobierno, si lo desveláramos seguramente nos buscarían y se desharían de nosotros.
—Tienes razón—dije agachando la cabeza— creo que si hubiera sido otra persona la que me lo hubiera dicho no la hubiera creído
—Gracias—me dijo Nya
— ¿Por qué?
—Por confiar en nosotros— me sonrió, pero había en ella una extraña mezcla de aprecio, preocupación y enfado, enfado con las personas que habían provocado todo aquello—sigamos
Mientras caminábamos hacia la siguiente habitación Jack me dijo:
—Como comprenderás no vamos a enfrentarnos a ellos a mano vacía, en aquella sala tenemos lo necesario para protegernos y proteger a los que podamos.
Llegamos a la puerta y cuando la abrieron pude ver al otro lado una amplia habitación repleta de estanterías en las que descansaban armas, muchas armas de todos los tipos y tamaños. Hiro se adentro entre las estanterías buscando algo,  cogió un pequeño machete y me lo dio.
 —Aun no ha empezado y no queremos que nos detengan antes de tiempo, así que solo puedo darte esto por si acaso, intenta camuflarlo.
Lo cogí y me lo até a la cintura, mi abrigo era largo así que quedaría oculto
— ¿Vives con tu madre no?
—Si
— ¿No tienes más familia?
—No…—prefería no hablar del tema
—Vaya… lo siento… De todas formas deberías traerla aquí
Terminaron de enseñarme la guarida y luego volvimos a la ciudad.
Cuando llegué a mi casa no había nadie, llamé a mi madre y me dijo que llegaría pronto asique me quede observando desde el bacón, al cabo de un rato apareció, iba hablando por teléfono y se detuvo en la acera, la observé, charlaba animadamente con alguien, ajena a su alrededor. De pronto me di cuenta de que se acercaban a ella unas personas extrañas, los tres sujetos andaban lentamente, medio encorvados. Me sentí impotente, desde allí no podía hacer nada y parecía que iban hacia ella. De pronto algo desvió su atención y cambiaron de rumbo, bajé a toda prisa y cuando llegué donde estaba ella la cogí del brazo y tiré de ella.
— ¡sube! —Le dije— ¡rápido! Y quédate allí, cierra la puerta y no abras a nadie
Una chica agarró fuertemente el brazo de mi madre, estaba muy pálida y había una extraña expresión en su cara la golpeé y retrocedió un poco aflojando su agarre, tire de mi madre liberándola por completo y las dos corrimos hasta el portal, cuando me asegure de que entraba sana y salva Salí corriendo, tenía que avisar a Hiro y los demás.
Fuimos hacia mi calle en el poderoso coche de Hiro. En la entrada el asfalto se había hundido y estaba inundado de agua turbia surcada por venas negras, dejamos el coche y fuimos andando, aun quedaba acera en los bordes. Había un hombre deambulando por allí, se quedó observando el agua, se agachó y alargó la mano hacia una de las extrañas venas negruzcas.
— ¡NO! No lo toques—gritó Jack
Demasiado tarde, el hombre la agarró y la sacó del agua, por un momento se mantuvo estable, pero luego con un pequeño crujido apenas audible se rompió dejando al hombre con un extremo roto en su mano, lo miró acercándoselo a la cara con expresión estúpida. De pronto comenzó a salir un gas oscuro que impactó directamente en la cara del hombre, que lo soltó y cayó hacia atrás, como fulminado por un rayo.
—Tapaos la boca y la nariz con algo— Dijo Hiro sin perder la calma.
Rodeamos al hombre y continuamos nuestro camino, de pronto escuche ruidos tras de mí, me giré y vi que el hombre estaba convulsionando, paró y de nuevo quedo completamente quieto, pero, cuando estaba a punto de girarme y seguir mi camino, comenzó a incorporarse lentamente, emitía suaves gruñidos que se fueron intensificando
— ¡No te acerques a él! —me dijeron
El hombre alzo la cabeza y pude ver en sus ojos un tono ausente y una falta absoluta del característico brillo de la vida, comenzó a avanzar hacia nosotros, retrocedí sin dejar de mirarle, de pronto se escucho el motor de una camioneta, parecía un caballo desbocado. Era una vieja camioneta que se acercaba a toda velocidad a la calle, pero al ver que la calle estaba inundada y destruida dio un volantazo hacia la acera en la que estábamos y se llevó por delante al hombre, estrellándose después contra un muro, empezó a salir humos de lo que quedaba de capó y un entre las grietas de la aplastada camioneta comenzó a escurrir sangre, formando un charco bajo ella.
— ¡Vamos! —Exclamó Jack— ¡Rápido!
Continuamos corriendo hacia mi portal, debíamos recoger a mi madre e irnos de allí, la calle estaba repleta de aquellos seres de forma humana, pero que habían perdido su humanidad. Avanzamos sigilosamente, intentando ocultarnos, pero no pudimos evitar que nos descubrieran.
— ¡Sube a por ella! — Me gritó Hiro— nosotros nos encargamos
Mientras ellos les enfrentaban, yo entre en mi portal, cuando fui a cerrarla puerta tras de mi uno de ellos la alcanzó y la bloqueo. Me llevé la mano a la cintura y allí lo encontré, el machete, lo desenvaine rápidamente y arremetí contra se brazo, la mitad cayó al suelo y él se retiró lo suficiente para darme tiempo a cerrar la puerta.
Subí a toda prisa y abrí la puerta con mi llave, cuando entre mi madre me amenazaba con el palo de una escoba, pero al ver que era yo se relajó.
—está bastante peligroso ahí abajo, —le dije—pero tenemos un coche, hemos venido a llevarte a un lugar seguro
— ¿puede venir ella también? — me percate de que había una amiga de mi madre sentada en el sillón
—no creo que haya problema, voy a bajar a decirles que traigan el coche aquí, quedaos aquí y bajad en cuanto lo veáis aparecer, es un todoterreno negro y grande
Me despedí de ellas, les di ánimos y volví a bajar. Cuando la puerta del ascensor se abrió, me encontré el portal repleto de zombies, se hizo el silencio por un momento y luego se lanzaron a por mí.  Machete en mano, arremetí contra ellos. En la calle podía ver a Jack y a Nya luchando contra cientos de zombies también, supuse k Hiro ya había ido a por nuestra salvación.
Me abrí paso como pude hacia el cristal de la puerta, justo cuando llegue Nya se giró y pude hacerle una señal y darle a entender que ya estábamos listas. Entonces mi objetivo fue despejar por completo el portal para que mi madre y su amiga pudieran bajar a salvo, así que me giré, a tiempo para apartar de una patada al que se me estaba echando encima, arremetí contra ellos una y otra vez, pero parecían interminables.
De pronto me di cuenta de algo extraño, siempre había imaginado a los zombies como simples esclavos de su hambre de carne fresca, sin consciencia, ni sentimientos, ni humanidad. Pero estos… hablaban, pero sus palabras no concordaban con sus actos, algunos parecían ajenos a lo que ocurría e intentaban entablar conversaciones amistosas. Otros, que al parecer si eran conscientes de la situación, pedían perdón o lloraban, incluso algunos me pedían que acabara con ellos, y sin embargo seguían viniendo, arrinconándome, intentado que cediera para transformarme en lo que ellos eran, y de paso alimentarse de mí carne, de mi cuerpo, de mi cerebro.
Perdí la noción del tiempo, pronto ni siquiera fui consciente de lo que hacía, comencé a moverme por mero instinto de supervivencia pero cada vez me dolía mas el cuerpo, el cansancio se apoderó de mí y, de repente, todo se volvió negro.





EPILOGO
Me desperté sobresaltada, pero no me incorporé, solo me quedé bajo las mantas pensando, ¿había sido todo aquello un sueño? ¿Hasta qué punto? No recordaba haberme dormido. Retiré lentamente la manta de mi cara. Aquella no era mi habitación, caí en la cuenta de que era una de las habitaciones de la base. Me levanté lentamente y me di cuenta de que me dolía todo el cuerpo.  Abrí la puerta despacio y encontré en la sala central a Hiro, Nya y Jack sentados, Neko, que paseaba por el respaldo de la silla de Nya, me miró y maulló, los tres se giraron y, al verme, se levantaron rápidamente y vinieron hacia mí. Me abrazaron.
— ¿estás bien?
—bueno… me duele todo, pero no pensé que fuera a salir viva de allí
—es normal, pero lo importante es que estas aquí, con nosotros, tu madre y su amiga están durmiendo aun
—entonces… ¿ya estamos todos a salvo?
—para nada, esto es solo el principio, aun queda mucho por hacer

2 comentarios:

  1. Bien bien, algo de miedito y mira que a mi me cuesta el terror eh.
    Una cosilla solo, los ha leido tu tio? pienso que hay muchas imágenes danzando en tus textos.

    RD

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    1. te refieres a dani? creo k no las ha visto, o por lo menos no se las he enseñado personalmente

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